La autoestima es un término que ha entrado en el lenguaje coloquial y cada vez más parece que sea la responsable de muchos problemas personales, profesionales y relacionales.
Pero al fin y al cabo, ¿Qué quiere decir autoestima?
Si componemos los dos significados podemos intuir que la autoestima determina la cantidad de aprecio que tenemos hacia nosotros mismos, el cual depende del valor que nos atribuimos en diferentes circunstancias y momentos de nuestra vida.
Entonces, la autoestima depende del valor que nosotros nos damos, pero ¿Esto de qué depende? ¿Cuáles son los elementos que usamos para atribuir el valor a nosotros mismos?
Esta pregunta resulta muy compleja, porque aunque es cierto que podemos realizar este ejercicio de autoevaluación sobre infinitos elementos, lo que valoramos en realidad son nuestros éxitos.
Claramente, la percepción de éxito es diferente para cada uno de nosotros; cada persona tiene presente cuáles son los objetivos que desea alcanzar, y lograrlos o no cambian mucho el valor que se da a si misma. Saber que los objetivos que alcanzamos son los ladrillos que construyen nuestra autoestima, convierte un término psicológico poco operativo en algo que nos indica el camino para conseguir aumentar nuestra autoestima: construir objetivos alcanzables, los cuales al lograrlos nos irán aportando dosis de autoestima.
Nuestra vida puede ser vista como un recorrido de objetivos, desde el primero y más sencillo, hasta nuestros objetivos finales más ambiciosos, donde cada pequeño paso se convierte en un éxito que afianza la seguridad en nosotros mismos y que día tras día nos permite ser cada vez más fuertes, y con una mayor y más sana autoestima.
Texto original por Mauro Bolmida, Psicólogo-Psicoterapeuta
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