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divendres, 11 de març del 2016

TRATAMIENTO CON TERAPIA BREVE ESTRATÉGICA

C…18 años. Comienza manifestando un miedo súbito a ponerse rojo y que los demás se percaten de ello. Este miedo se intensifica cuando está en el aula, porque teme que todos se den cuenta de su rubor.
Esta situación le provoca un bloqueo que le incapacita para contestar y resolver los problemas planteados. En una escalada de miedo, cada día se da cuenta de que va evitando situaciones de su vida cotidiana hasta que sus padres le han de obligar a salir y relacionarse. Continúa en esta situación durante varios meses y C…pierde el curso, además de alejarse de los amigos.

Acude a la consulta desesperado porque él quisiera continuar los estudios y salir, pero cada vez se siente más incapacitado para ello.

Solo ha necesitado tres sesiones para desbloquear la creencia de que no sería capaz de recuperar su anterior confianza. Ha aprendido a controlar y dirigir tanto sus pensamientos como sus emociones. En la última visita sus palabras fueron:
-"La próxima vez que venga, será para despedirme, porque ya estaré bien del todo"-

E… 22 años. Desde hace cuatro meses es incapaz de coger el autobús o cualquier otro medio de transporte, con lo cual depende de sus familiares o amigos para poder desplazarse.

Con esta limitación también ha perdido confianza en otras parcelas de su vida.Tenía el proyecto de irse a vivir en un piso compartido y esta causa la retiene, ya que como ella piensa: “Si no soy capaz de viajar sola,  ¿cómo podré manejarme con personas que apenas conozco?”.

En estas situaciones en que todos le aconsejan y le aseguran que -si quiere, ella puede-, en realidad el efecto es el contrario a lo que se pretende: que se sienta incomprendida y muy mal porque piensa que los demás la ven como una persona que realmente no tiene la voluntad de superarse.

En casos así  una persona incapaz de realizar un acto, su voluntad queda anulada por la emoción interna que la bloquea y la creencia de que es totalmente incapaz.

Realizamos un abordaje en el cual aceptando sus limitaciones, adaptamos técnicas de  desbloqueo siguiendo su propio ritmo y respetando totalmente su creencia.

En el curso de menos de tres meses, E… vuelve a viajar en el medio de transporte que desea. También ha aprendido como afrontas sus miedos desde el principio para que no vayan a más.

A… 37 años, del mundo de la informática. Acude porque aunque le gusta mucho y conoce perfectamente su profesión sintiéndose muy capaz de realizar el trabajo para el que está contratado, su auto exigencia y el deseo de que su trabajo se vea reconocido le lleva a sentirse angustiado y nervioso. Este problema lo arrastra cuando sale del trabajo y le ocasiona un insomnio que no le permite descansar bien.  Se suma a ello, que en el medio de transporte que utiliza, la ansiedad aumenta progresivamente, con lo cual el efecto es que cada día descansa menos, está más descentrado, se siente más inseguro, y el miedo a equivocarse se verifica con más frecuencia, consecuencia lógica de la escalada de tensión, de miedo y de agotamiento por la falta de medios para gestionar la situación inicial.

Finalmente decide pedir ayuda y se sorprende al ver lo rápido que es capaz de aprender y aplicar sencillas técnicas de autocontrol que le devuelven la seguridad a la vez que también va moderando su auto exigencia, nacida –como él mismo se percata- de su desmedido deseo de ser reconocido por los demás.

J…58 años. Comercial con tablas y conocimiento de muchísimos años en la profesión que le gusta y de la que ha vivido toda la vida. Comienza a tener problemas cuando por motivos de reestructuración de la empresa, le descalifican y le bajan de la categoría profesional. Esto sumado a algún otro problema personal, lo lleva con más frecuencia a los bares para tomar un refresco o un café.

Comienza a echar el dinero sobrante en las máquinas tragaperras. Poco a poco, esta cantidad aumenta y le va dando algún premio. El rato que está con la máquina olvida sus problemas y  cada vez aumenta el deseo de escapar a los mismos. Resultado totalmente previsible: en unos meses juega lo que tiene y lo que no tiene. Su eficacia laboral va disminuyendo, así como sus problemas personales y familiares se van incrementando. Lo trae su esposa e iniciamos un tratamiento. En menos de cuatro meses el problema estuvo totalmente resuelto y aprendió nuevas formas de afrontar los problemas: -Responsabilizarse en vez de culparse o culpar a la vida de sus problemas y frustraciones-. 

En todos los casos mencionados, el tema de fondo es el mismo. La persona se bloquea ante las situaciones que no conoce, no dependen de ella o le superan,  y con ello comienza a sentirse insegura.
Mediante la fuerza de voluntad intenta superarse cuando realmente lo que ha cambiado es su fe en sí misma, su creencia de que puede hacerlo; y cuando falta la confianza, la fuerza de voluntad queda anulada.
Por lo mismo “contra más lo intento, más fracaso, y eso convierte una inicial incapacidad en una profecía que se cumple: incapacidad total si no se cambia el enfoque”.

En casos así a veces la persona pide ayuda, y puede obtener dos repuestas diferentes.

Si le dan la ayuda solicitada, obtiene una confirmación a su incapacidad:
“¿Ves? Sin ti, no hubiese sido capaz”.

Y si la contestación es: “¡Animo…tu sola puedes hacerlo!...¡Es cuestión de voluntad!”, el mensaje que le llega es de incomprensión; porque está segura de que no es así, ya que lo ha intentado muchas veces.

Por ello su creencia es: “Nadie me entiende! Con lo cual puede optar por callarse y con ello el problema se agrava y agrava.


Jeroni Hernández
Terapeuta y Coach Personal en Sabadell

dimecres, 29 de gener del 2014

RELATO ZEN Y EMOCIONES

En cierta ocasión, un belicoso samurái desafió a un anciano maestro zen a que le explicara los conceptos de cielo e infierno, pero el maestro le contesto con desprecio:

-¡No eres más que un patán y no puedo malgastar mi tiempo con tus tonterías!-

El samurái, herido en su honor, montó en cólera y desenvainando su espada, exclamó:
-Tu impertinencia te costará la vida.

-¡Eso  -replicó entonces el maestro- es el infierno!-

Conmovido por la exactitud de las palabras del maestro sobre la cólera que le estaba amenazando, el samurái se calmó, envainó la espala y se postró ante él, agradecido.

-¡Y eso -concluyó entonces el maestro-, eso es el cielo!

En este relato japonés, vemos cómo el samurái rápidamente es capaz de percibir que son sus emociones las que le sumergen en un estado de cólera tan brutal y descontrolado capaz de quitar una vida por una afrenta a su honor; pero a la vez, la propia autoconciencia de esa cólera que le atrapa, le hace comprender que ése es realmente su infierno; mientras que el agradecimiento  por una constatación tan clara y elocuente, le llena de paz y le hace comprender que tal como le explica el anciano maestro zen: ese estado emocional es su cielo.

Si nos observamos con atención, y somos capaces de seguir el flujo de nuestras emociones, veremos -al igual que el samurái-, que son éstas las que nos hacen columpiar en los más variables estados anímicos: tristeza, cólera, euforia, alegría, miedo, etc., etc. Por este motivo y siguiendo la consigna de Sócrates: "Conócete a ti mismo", deberíamos prestar atención para conocer cuáles son las emociones que nos embargan; ya que únicamente si las conocemos, podremos gestionarlas y transformarlas para no ser esclavos inconscientes e involuntarios de las mismas.

La inteligencia emocional es precisamente esta: la habilidad de descubrir y gestionar de forma ecológica y positiva el vendaval de emociones que pueden azotarnos a través de las diferentes situaciones que nos toca vivir.

El tiempo que dediquemos a esta auto-observación nos rendirá grandes beneficios, ya que solo si conocemos qué emoción nos tiene atrapados, podremos gestionarla y salir de la misma transformándola.

Jeroni Hernàndez
Terapèuta i Coach Personal